lunes, 21 de julio de 2014

Osteopatía visceral


 Una de las cosas que más nos gusta de este grupo es el fantástico "networking" que se produce con la experiencia y contactos de cada una de las personas que lo componemos. 

El origen de este post, es una reflexión en torno a la osteopatía de vísceras descubierta gracias a Desireé Hernández quien nos dio a conocer la sabiduría de Alberto, nuestro osteópata de referencia en Las Rozas. ¿Sabíais que las alteraciones en vísceras y órganos provocan cambios en la circulación y en los tejidos que pueden manifestarse en forma de irritaciones o inflamaciones tanto en éstos como en otros músculos relacionados? 

Para que esto no suceda los sistemas osteomuscular, craneal y visceral deben estar en equilibrio. Estos sistemas están relacionados a través del sistema nervioso autónomo o vegetativo, responsable de nuestras acciones involuntarias (digestión, micción, frecuencia cardíaca, excitación sexual, sudor o salivación). Las contracciones anómalas (provocadas por infecciones, operaciones, embarazo o simplemente estrés) pueden desplazar órganos en tejidos que rodean las zonas por las que pasan los nervios y vasos sanguíneos produciendo fallos en los nervios y en la irrigación que pueden afectar a nuestros músculos de contracción voluntaria. 

Es decir que es posible que cuando te duela algún músculo implicado en la carrera, como es nuestro caso, puede que la causa si no es evidente (tropiezo con una rama y me hago un esguince), sea una caries bucal, una pieza que te falta en la boca, un virus, o una obstrucción intestinal... ¿Cómo puede suceder esto? Muy sencillo: el sistema nervioso autónomo (es decir el que actúa automáticamente por oposición al sistema nervioso somático responsable de nuestras contracciones voluntarias ordenadas desde el cerebro), recibe información de las vísceras y del medio interno para actuar sobre músculos, glándulas y vasos sanguíneos sin que seamos conscientes de ello. Por tanto si están de alguna forma dañados actuarán de forma defectuosa. Y es que el sistema nervioso entérico que controla el sistema gastrointestinal tiene 100 millones de neuronas (una milésima parte de las que hay en el cerebro, pero bastantes más de las que hay en la médula espinal), ¿curioso no que tenga tanta influencia no?


Tenemos que aprender a mirarnos hacia dentro observando nuestro cuerpo como "un todo" relacionado y a esto nos pueden ayudar profesionales de la osteopatía, especialidad que en Francia y en UK es universitaria e incluso cubierta por la Seguridad Social. De hecho como nos indica Paloma Casal, en el país galo tras el parto, un osteópata trata tanto al bebé como a la madre para devolver los órganos al lugar original que tenían antes del embarazo para facilitar la recuperación. 
En su caso, tal y como nos cuenta, "he notado una gran diferencia en mi calidad de vida: yo tenía incrustado el duodeno debajo de las costillas que no había vuelto a su sitio tras un parto de mellizos, lo que me provocaba problemas respiratorios y de digestión y ahora tengo un alivio inmenso al poder respirar con normalidad". 
Otro ejemplo revelador es el de Marine, literalmente "tenía un nudo de nervios concentrado en la tripa que me bloqueaba hasta el diafragma, lo que me impedía ir al baño con normalidad y me molestaba enormemente al correr por la tensión que me provocaba también en la cadera; por fin entendí lo que me pasaba y me dejó como nueva".
 

Por tanto a la hora de valorar nuestro rendimiento deportivo, tened en cuenta "las tripas" ; )





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