5 básicos + 5 avanzados para mantener la estabilidad al correr
¡Muy importante buscar la corrección postural más que
el nº de repeticiones!
1. Estabilizador lumbar: apoya las manos en la
parte inferior de tu abdomen a la altura del ombligo. Realiza 2-3 respiraciones
para relajarte. A continuación haz una
respiración más profunda y en la espiración presiona tu ombligo como si
quisieras acercarlo a tu espalda. Mantén la posición durante unos 10 segundos.
Relájate y repite el ejercicio. Cuando
lo domines puedes hacerlo de pie, apoyado contra una pared.
2. Abdominal profundo (transverso) y estabilizador lumbar. Contrae el
abdomen manteniendo la columna en su posición natural. A continuación levanta
alternativamente cada pierna del suelo unos 30 cm. Cuando domines el ejercicio,
hazlo estirando ambas piernas y por último levantando el brazo contrario a la
pierna. Evita siempre bascular la pelvis o alterar la curvatura natural de tu
espalda.
3. Transverso y lumbares. Contrae el abdomen levantando
alternativamente una pierna y el brazo del lado contrario que deben estar
alineados. Mantén cada posición 10 segundos. Evita rotar la pelvis y mantén
zona lumbar neutra.
4. Estabiliza “core” y
fortalece glúteos. Contrae el abdomen y los glúteos antes de empezar el
ejercicio. Levanta la pelvis y la cadera del suelo sin alterar la curvatura
natural de tu espalda y sin rotar la pelvis. La cadera debe estar alineada con
las rodillas y los hombros. Mantén la posición 10 segundos y desciende
suavemente hasta apoyarla en el suelo. La dificultad aumenta si estiras una
pierna y más aún, apoyando las manos en el pecho e incluso estirando los brazos
alternativamente para aumentar la inestabilidad (siempre elevando un brazo y la
pierna contraria).
5. Posturales que estabilizan “core”. Ideales para fortalecer lumbares
e imprescindibles en tu día a día. Con los antebrazos y los pies apoyados en el
suelo, levanta la pelvis del suelo y contrae los glúteos sin alterar la
curvatura natural de tu espalda y mantén la posición evitando que descienda la
pelvis. Empieza manteniendo cada posición 20 segundos para ir progresivamente
aumentando hasta 1 minuto.
…Y ahora con la
dificultad añadida de hacerlo sobre una
superficie inestable (“Fit-ball”)
6. Estabilizador “core”. Sentado sobre un “fit-ball” manteniendo la
curvatura natural de tu espalda, separas los pies a la misma distancia que la
de tus caderas a la vez que contraes el abdomen. A continuación levanta una
pierna del suelo (5 cm bastan para empezar) y trata de controlar el equilibrio
sobre el otro pie manteniendo la estabilidad. La progresión consiste en
levantar alternativamente el brazo contrario. levantando alternativamente una
pierna y el brazo del lado contrario que deben estar alineados. Mantén cada
posición 10 segundos. Evita rotar la pelvis y mantén zona lumbar neutra.
7. Partiendo de la
misma posición que el anterior, contrae
el abdomen mientras haces rodar tu espalda hasta extenderla completamente sobre
la pelota. A continuación levanta el tronco a la altura del tórax como si formara un bloque con tu cabeza y
cuello evitando flexionar las cervicales. Concéntrate en intentar acercar la
parte inferior de tus costillas a la pelvis. La dificultad añadida es realizar
el ejercicio con un balón medicinal.
8. Abdominales. De rodillas, apoya las manos unidas sobre la pelota y
hazla rodar despacio alejándola de ti hasta que tus caderas y hombros estén
alineados, luego atráela hacia a ti un poco y vuelve a alejarla.
Progresivamente puedes continuar estirando el tronco hasta que sólo apoyes en
el suelo las puntas de los pies.
9. Fortalece musculatura de la espalda y abdomen. Contrae el abdomen y
mantén las escápulas y lumbares en su posición natural. Intenta mover la pelota
con la fuerza de tu abdomen hacia delante y hacia atrás. Empieza apoyando las
espinillas en lugar de los dedos de los pies. Posteriormente puedes realizar el
mismo ejercicio apoyando un solo pie en la pelota.
10. Desarrollo del equilibrio y un mayor control neuromotor
activando los numerosos propioceptores
de los pies, además de los abdominales y los músculos del cuello que nos ayudan
a lograr la postura correcta. Empieza con los dos pies apoyados y cuando te
sientas seguro, prueba a levantar una pierna hacia delante, atrás y hacia los
lados, buscando progresivamente posiciones más comprometidas, inclinando el
tronco hacia delante o lateralmente.
Estos ejercicios son muy útiles también para fortalecer los tobillos.
Puedes usar un “bosu”, una tabla con un “churro” (de los empleados en natación)
debajo, un colchón o una pelota deshinchados o cualquier superficie inestable
que sea segura.
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