Aunque el
título sea un poco sensacionalista, recoge la inquietud que muchas de las que
preparáis medias o incluso maratón nos habéis expresado sobre la pérdida de
peso que popularmente se asocia al aumento en el volumen de entrenamiento.
Desde luego
llegar al día de la carrera sin haber adelgazado no quiere decir que lo hayamos
hecho mal ni mucho menos. Vamos a analizar posibles explicaciones:
1 Al
hacer más kilómetros, el cuerpo necesita más combustible obviamente. Esta
necesidad se suele manifestar en forma de ruidos producidos por nuestro
estómago, sensación de fatiga o incluso algún leve dolor. Hay que reponerse
comiendo proteínas e hidratos de carbono (pollo con arroz, carne, pescado azul,
pasta). Pero esto no quiere decir que tengamos licencia para comer de todo:
mejor mantener escondidas las patatas fritas o los gofres. Un estudio publicado
por la revista Appetite en 2009 demostraba que un paseíto de 15 minutos después
de entrenar reduce la necesidad de comer chocolate. También podemos darnos una
tregua de 20’ para hacer desaparecer esa necesidad ficticia (puesto que ya
hemos comido).
2.
Trata
de no sobrealimentarte: se trata de elegir bien lo que comer: hidratos,
proteínas y fibra. Según la nutricionista Jenna Bell los dos últimos tipos de
alimentos son saciantes. También ayuda programar las comidas: por ejemplo si
comes una comida completa 2 horas antes de entrenar y en la hora después,
evitarás los tentempiés.
3.
El
entrenamiento aumenta tu masa muscular que pesa mas que la grasa. Puede que
tengas menos cintura, peses lo mismo, pero estarás más fuerte. Y si te pesas el
día antes de la carrera, también es posible que estés reteniendo líquido:
normalmente bebes más y comes más carbohidratos que absorben agua para ayudarte
a crear unos buenos depósitos de energía que utilizarás en la carrera.
Y algunos
consejos a tener en cuenta:
-
hidrátate
antes y después del entrenamiento e ingiere bebidas sin calorías a lo largo del
día
-
toma
alimentos ricos en fibra (verduras, fruta, legumbres): tienen pocas calorías y
llenan bastante, además de digerirse más despacio (ojo con comerlas justo antes
de entrenar).
-
Evita
carbohidratos que provengan de granos procesados o los dulces: mejor que sean
integrales (arroz, pasta, quinoa), más densos y saciantes.
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